Sesión con Padres y Madres.
El rol de los padres en la educación escolar
de sus hijos.
Cuando llega la hora de que los niños regresen o entren a la escuela para algunos padres es un respiro, mientras que para otros es un dolor de cabeza; depende de tres factores básicos:
- La relación personal con los hijos
- El ritmo de trabajo de los padres
- Cuán involucrados están en la educación escolar de sus hijos
Hace poco tiempo atrás, una mamá me dijo: “Dr. Daniel, es muy difícil manejar tantas cosas al mismo tiempo: Atender a mi esposo, preparar la comida, limpiar la casa, salir a trabajar….y encima de todo eso, mis hijos quieren que los ayude con las tareas de la escuela. ¡Y hay aun más! Los maestros de mis hijos quieren que mi esposo y yo asistamos a las reuniones de padres…. ¿Acaso no entienden que siempre ando corriendo con el tiempo?”
He escuchado este tipo de quejas en varias oportunidades y comprendo por qué muchas mamás y papás están bajo un estrés constante. Honestamente, no existe una respuesta perfecta que pueda solucionar el problema de cómo hacer malabarismos con tantas ocupaciones, lograr aliviar el estrés y al mismo tiempo cumplir el rol de educadores que los hijos esperan de sus padres. Es una cuestión de prioridades. Si bien es cierto que todo parece importante y necesario, algunas cosas en la vida son impostergables, como por ejemplo, su rol en la educación escolar de sus hijos. Piénselo de este modo: el promedio de años que usted y su cónyuge necesitarán dedicar a este rol es de entre diez a doce años. Tal vez sean años de sacrificios económicos. Probablemente tengan que postergar darse ciertos gustos. Uno de los dos deberá decidir posponer la carrera para la cual se preparó. Sin embargo, le aseguro que vale la pena.
Mi esposa y yo tomamos esa decisión cuando nuestros hijos pasaron por la etapa escolar. No fue fácil, y en ocasiones creo que nos vimos tentados a renunciar. En un sentido, era más cómodo delegarles nuestra responsabilidad a otros, pero en cambio, nos propusimos ser parte integral de la vida de nuestros hijos. Decidimos estar presentes en sus triunfos y en sus frustraciones estudiantiles. Hoy ellos son adultos responsables, firmes en sus respectivas carreras y por sobre todas las cosas, en los hogares que han formando. ¿Y nosotros dos? Bueno, hemos “sacado de la caja” nuestros sueños postergados y los estamos cumpliendo poco a poco. Es una época maravillosa.
Cuando la relación personal con los hijos es buena y la pareja ajusta su ritmo de trabajo a los años de la educación escolar, los niños triunfan y los padres reciben el premio de la gratitud por el resto de sus vidas.
Piénsenlo. Sus hijos lo merecen.
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