Sesiones con Padres y Madres.
Haciendo que las tareas de la casa sean divertidas.
Usted puede divertirse con sus niños de edad preescolar y escolar aún cuando les enseña a cuidar sus pertenencias y a hacer tareas diarias. Las siguientes ideas divertidas le ayudarán a enseñarle a sus hijos a ser responsables contribuyentes del hogar.
Conviértalo en un juego
Cuando se acerca la hora de dormir, con frecuencia encontramos a nuestra hija de 5 años y a nuestro hijo de 2 felizmente jugando. Entonces en vez de decirles que dejen de jugar y recojan sus juguetes, nosotros tratamos de hacer que la recogida de juguetes sea parte del juego.
Si están jugando con un carrito de compras, pueden ir a comprar los peluches que dejaron en la sala, y usar el carrito para traerlos a casa. Si están jugando con blocks, la caja donde van los blocks puede ser un aro de baloncesto y podemos ver cuántos blocks pueden tirar dentro de la caja. Si están jugando con carros y personas, pretendemos que todos van a una fiesta en el estante del closet.
Hay momentos en que los niños simplemente tienen que recoger sus juguetes, pero nos hemos dado cuenta que si incorporamos formas de jugar a la limpieza, la tarea se hace rápida y divertida para todos.
Tome el tiempo para permitir que sus niños le ayuden a trabajar
Como la mayoría de los niños, mi hijo aprende mejor no por medio de órdenes, sino viendo y copiando lo que hacemos. De esta forma, le permitimos participar en muchas labores diarias, lo cual le ayuda a aprender sobre responsabilidad.
Lo dejamos quebrar las vainicas para la cena, cortar los pepinos en una tabla (con un cuchillo poco filoso, por supuesto), amasar la masa del pan, golpear las estacas cuando montamos una tienda de campaña, usar herramientas para arreglar la bici, barrer con una pequeña escoba, limpiar con un trapo, cavar con una pala en el jardín y limpiar las hojas secas con nosotros usando un rastrillo.
El tren de la ropa sucia: una tarea que gustará a los niños
A veces es necesario que entendamos los mensajes de nuestros hijos.
Cuando mi hijo de 2 años sostuvo un trencito encima de la canasta de ropa sucia y me dijo: “Mamá, ¿puedo llevar a Thomas ahí?”, al principio no me di cuenta de la oportunidad que se me presentaba con esta pregunta.
“No, mi amor. Estas cestas son para ropa.” Ni siquiera alejé mi mirada de la montaña de ropa sucia que estaba organizando.
"Oh," me dijo, y se alejó.
Por suerte, mi hijo regresó con otro tren, para ver si estaría bien poner éste en la canasta. Ahí fue cuando se me ocurrió la idea del Tren de la ropa sucia, y esta actividad se ha convertido en una de las favoritas en mi casa.
Alineamos dos o tres canastas de ropa en fila y decidimos qué poner en cada una (ropa oscura, ropa clara, toallas, etc.). Luego mi hijo le da un nombre a cada tren-canasta, y empezamos a dividir. Mi hijo carga los trenes con ropa sucia, tomando decisiones sobre cuál color va en cada canasta. Cuando terminamos, se monta en una de las canastas para dar una pequeña vuelta por la casa antes de descargar en la estación de lavado.
Al permitirle a mi hijo a participar en estas tareas diarias, estas experiencias fomentan un sentido de responsabilidad y conocimiento que lleva consigo hacia la adultez.
Tomado de la página web de Thriving Family. Derechos de autor 2010, Janna Jones. Usado bajo autorización. Permisos internacionales asegurados.
Myriam Gil.
Pedagoga